Final anunciado: los cuatro tipos de violencia que sufrió Natalia Lagos antes de su muerte

El caso de Natalia Lagos llegó al final, luego de que la Justicia emitiera una sentencia contra Daniel Ferradans, la expareja de la joven que terminó con su vida luego de un largo periplo de violencia física y psicológica durante poco menos de un año, tiempo que duró la relación de ambos. El hombre enfrentará 30 años de cárcel más 15 por medidas limitativas. 

Ferradans, desde el comienzo de la relación con Lagos, tenía actitudes posesivas que luego fueron acompañadas con golpes y maltratos de todo tipo. De hecho, según la sentencia, cinco días antes de que se diera el asesinato la víctima manifestó que “tenía miedo” de que el hombre la matara. “Por eso lo denuncié”, contó en uno de los mensajes de WhatsApp que fueron aportados como prueba. 

“Poco a poco el imputado fue controlando y reduciendo a Natalia a un objeto, sobre el que disponía a su antojo. […] Cuando la víctima se opuso a ese señorío, le dio muerte en una clara demostración del derecho de propiedad que creía tener sobre ella”, indica el documento al que accedió Montevideo Portal

Las autoridades recordaron, a través de un testigo que estaba el día de la muerte de Lagos y que fue apuñalado por Ferradans, que el asesino le dijo a la víctima: “Si no sos mía, no vas a ser de nadie”. 

Así las cosas, surgen probados cuatro tipos de violencia que Ferradans ejerció sobre la víctima. La primera es la violencia física, dado que en diversos mensajes y grabaciones de audios queda claro que sufrió golpes que le dejaron consecuencias como sangrado de nariz, múltiples moretones en el cuerpo, hematomas en el rostro y un intento de ahorcamiento. 

Ante la negativa de Natalia de retomar el vínculo, Ferradans la tomó del cuello e intentó matarla por ahorcamiento. La víctima debió decirle al hombre que luego volvería, dado que él quería que ingresara a su casa para seguir “hablando” y así sellar la reconciliación de ambos. 

A su vez, en la sentencia se agregan diversas imágenes y testigos que cuentan varios episodios en los que Natalia tenía lastimadas las piernas e incluso el rostro producto de los golpes que Ferrandans le propinaba. 

El segundo tipo de violencia que sufrió Lagos antes de morir, según la Justicia, fue emocional y psicológica. “Ferradans la había amenazado para que no lo dejara y no lo denunciara. El imputado amenazó a Natalia con matarla a ella, a su padre y a su hermana chica”, agrega la sentencia. 

El día en que lo denunció, Ferradans le dijo que conocía todos sus movimientos y dónde se estaba quedando, luego de que ella decidiera irse de la casa que ambos alquilaban. “Asimismo, manipulaba a Natalia diciéndole comentarios denigrantes, como que nadie la iba a querer, que se mirara lo que era”, agrega el documento judicial. El hombre solía tener enfrentamientos con el padre de Lagos como forma de “reivindicar su dominio sobre la víctima”. 

“Yanina Lagos contó que el imputado fue al puesto de feria de su padre a ‘echarle la boca’ y se tuvo que meter Natalia para que no terminara mal”, cuenta la sentencia. Cuando la familia de Lagos estaba junto a ella en el Policlínico de Parque del Plata porque estaba golpeada, Ferradans llegó con el fin de llevársela y, ante la negativa de los presentes, el hombre se puso extremadamente violento. 

“Si tenés a algún macho que te defienda, traelo que le voy a pegar, si no le voy a voy a prender fuego el rancho”, dijo el asesino en ese momento, según testigos. 

“La afectación anímica de la víctima y el control que el imputado ejercía sobre ella es otra clara evidencia de violencia”, sostiene la sentencia, y agrega que los familiares de Lagos la veían “muy apagada” y mal anímicamente. 

El tercer tipo de violencia que se comprobó fue patrimonial, dado que Ferradans tenía control sobre el vehículo de Lagos e intentó apropiarse de las herramientas de trabajo de la víctima. 

Ferradans, en ataques de ira, solía romper todos los muebles de Lagos. Un testigo contó que un día pasó por la casa donde vivían Lagos y Ferradans y vio que tenían “todo roto”. Puso como ejemplo una televisión, mesas, sillas rotas y desorden por todos lados. “Ellos simularon como que no pasaba nada”, agrega el documento. 

Otra testigo contó que ella dijo que cuando estaban por separarse el imputado le había sacado la camioneta y el camión propiedad de Lagos. Además, cuando la víctima se estaba mudando de la casa que compartía con el asesino, vio cosas rotas, como el vidrio del cuarto de Natalia, el televisor y la puerta del baño. Al preguntarle por qué había tantas cosas rotas, la víctima respondió que “a veces volaban las cosas en la casa”. 

En tanto, Ferradans le sacaba la libreta de propiedad de los autos y las llaves para evitar que los usara. Además, amenazó con prenderle fuego el camión que usaba para hacer feria y, a raíz de eso, la víctima comenzó a dejarlo en la casa del ahora condenado.

El cuarto y último tipo de violencia se refiere a la economía de Lagos, a través de la que Ferradans logró afectar la autonomía y libertad de la joven. Cuando se separaron, no le quiso devolver la camioneta y le pidió dinero que nunca devolvió, haciendo que la víctima tuviera que sacar préstamos que no lograba pagar. 

“Ella a veces no tenía dinero ni para comer”, contó una testigo en referencia a que Ferradans era quien administraba las cuentas bancarias de la víctima. En otras ocasiones, le desconectó la batería del camión para que Lagos no pudiera hacer feria.