La ciudad de Young está de luto luego de que Juan Pedro Núñez, conocido como Juampi, falleciera el lunes en la tarde luego de que fuera desconectado el respirador artificial que lo sostenía con vida. El niño de 10 años murió a raíz de que su madre lo envolvió en una sábana, la roció con combustible y ambos tomaron fuego.
Núñez logró salir y se fue corriendo rumbo a la casa de un vecino, en donde contó lo que había sucedido. Desde ese día, el 4 de noviembre, el menor comenzó un proceso de involución de su salud dado que llegó al Centro Nacional de Quemados con cerca del 80% del cuerpo quemado y con ocho órganos comprometidos.
Los padres de Núñez vivían en la Colonia César Mayo Gutiérrez a unos 20 kilómetros de Young. La pareja había adquirido alrededor de 400 hectáreas de campo a través del Instituto Nacional de Colonización y se dedicaban al engorde de ganado.
En setiembre el padre de Núñez se fue de la casa, luego de que la pareja decidiera terminar la relación. La madre denunció al hombre por presuntos hechos de violencia y violación de la propiedad privada, por lo que la Justicia dispuso medidas cautelares.
Fuentes del caso dijeron que esa “etapa había sido superada” y en los últimos meses los padres del niño habían logrado una cierta rutina que le hacía bien al menor.
El padre de Núñez lo llevaba todos los fines de semana a jugar al baby fútbol, porque vestía la camiseta del Club Atlético Unión de Young. En tanto, la madre era quien se encargaba de su hijo durante la semana, sobre todo en tareas como llevarlo a la escuela.
Los informantes dijeron que, en la medida que comenzaron a investigar el caso, se dieron cuenta de que la mujer mostró una “alerta” antes del fatídico desenlace. Precisamente, los investigadores notaron que la madre no llevó al menor a la escuela en reiteradas ocasiones.
“No fue algo sostenido durante mucho tiempo, pero con el diario del lunes te das cuenta de que algo te decía eso”, agregaron las fuentes.
Todo planeado
El día en que se dio el asesinato, la mujer fue hasta el cuarto de Núñez y lo envolvió junto a ella en una sábana. El niño estaba dormido, por lo que no entendió del todo la situación, y pensó que su madre había ido a dormir junto a él al ver que lo “abrazaba”.
Sin embargo, luego la mujer tomó un recipiente con combustible y lo echó sobre la tela, para luego prenderla fuego. En ese interín en que las llamas aumentaban, Núñez logró salir corriendo aunque ya tenía casi todo su cuerpo quemado.
Los investigadores creen que el “mayor momento de lucidez” del niño fue cuando contó lo que había sucedido, dado que el testimonio fue clave. Al decir que la madre fue responsable del ataque, las autoridades pudieron dirigir la investigación y corroborar las pistas que el pequeño dio al momento de su declaración.