En las últimas horas, y gracias a cotejos de muestras de ADN, fueron identificados los restos hallados días atrás en una casa abandonada en las calles Bruselas y Callao, en el barrio Pérez Castellanos. Dichos restos fueron encontrados debajo de una losa, ya que se había construido un piso en el lugar luego de la inhumación, que data de hace unos cinco años.
Se confirmó así que se trataba del cuerpo de Carlos Rivero, desaparecido en 2019 cuando tenía 21 años.
Tal como informáramos, el pasado 4 de junio la policía recibió un reporte anónimo acerca de la posible presencia de un cuerpo sepultado en ese lugar. Sin embargo, recién el 5 de noviembre se allanó la vivienda en cuestión, que se encontraba deshabitada.
Alexis, el padre del joven, tenía la certeza de que su hijo estaba muerto y de que se encontraba en esa zona, ya que poco después de la desaparición recibió una llamada anónima al respecto. En aquel entonces, el hombre aportó a la policía la información recibida y se ofreció a ir con ellos hasta el lugar. “No me dieron bola”, lamentó en declaraciones.
En el lugar donde estaban los restos también se hallaron ropa quemada y cinco casquillos de bala, cifra que coincide con los impactos que presentaba el cuerpo.
Según Alexis, su hijo frecuentaba esa zona, pero cree que lo mataron en “otra boca” y luego lo trasladaron allí, a pesar de que eso no coincidiría con la escena antes descrita.
“Nunca lo vi consumir [drogas], pero creo que andaba en malos pasos”, expresó.