La crisis llegó al empleo: más del 95% de los trabajos creados son informales

En Uruguay, la búsqueda de empleo se vuelve desesperada para más de 160,000 personas, con un aumento del desempleo y la precarización laboral como norma. A pesar de la creación de empleos en 2023, la mayoría son informales o subempleados, exacerbando las disparidades económicas y afectando especialmente a jóvenes y mujeres.

En una coyuntura donde la economía parece tambalearse más de 160 mil personas en Uruguay se encuentran en la búsqueda desesperada de empleo. Los últimos datos sobre mercado de trabajo arrojan que los trabajadores enfrentan una realidad donde las oportunidades laborales son escasas y la precarización laboral es la nueva norma. 

Al iniciar el nuevo año, se revelaron cifras desalentadoras. En comparación con el 2022, el desempleo aumentó considerablemente, con un incremento de 20 mil personas desocupadas, alcanzando un total de 154 mil desempleados sólo en el primer trimestre del año actual.

Aunque el gobierno celebra la creación de 62 mil nuevos empleos durante 2023, un examen más detenido revela una verdad incontrastable. De los puestos de trabajo generados 44 mil son informales y 25 mil se encuentran en condiciones de subempleo. Esto significa que prácticamente todas las oportunidades de inserción laboral son precarias, carecen de estabilidad y agravan las disparidades económicas. Además, el desempleo entre los jóvenes es cuatro veces mayor que el promedio nacional, mientras que las mujeres enfrentan un desempleo un 25% más alto que los hombres.

La situación se agrava aún más al considerar que aproximadamente 300 mil uruguayos se enfrentan a problemas de empleo, ya sea trabajando en la economía informal, en trabajos eventuales o directamente sin poder encontrar trabajo. Sin embargo, la crisis no se limita solo a la informalidad. Medio millón de trabajadores formales apenas logran superar los 20 mil pesos de salario, lo que afecta especialmente a jóvenes, residentes en zonas rurales y mujeres. 

En los últimos cuatro años los trabajadores perdieron 41.366 millones de pesos (más de mil millones de dólares) frente a la inflación real y a la falta de ajustes salariales. Mientras tanto, el costo de vida continúa en ascenso, con aumentos significativos en productos básicos como la garrafa de gas y productos esenciales de la canasta alimentaria.